Siete palabras para hacer oración con los más pequeños

Siete palabras para hacer oración con los más pequeños
12 julio, 2016 Adriana

En estos últimos años me he ido dando cuenta del tiempo perdido en el que en casa no hemos enseñado a los niños a vivir en la verdadera fe, en procurar un momento de oración familiar diario. Íbamos apagando fuegos sin dejar espacio en nuestra casa al Señor. Siempre con tareas más importantes que hacer.

Me duele el tiempo perdido, haber sido cristiana de costumbre, con buenas intenciones, desde luego, pero sin darme cuenta de la verdadera importancia de nuestra religión. Fieles cumplidores de preceptos que mirábamos el reloj cuando se alargaba la homilía. Y me duele mucho más haber rezado con los niños como robots, al levantarnos y acostarnos o al bendecir la mesa, por un hábito heredado… Hacer la señal de la cruz en la frente al acostarles o lanzar la oración desde el quicio de la puerta de los niños nos bastaba para poder sentarnos ¡por fin! a ver el telediario… Conciencia tranquila de haber estado haciendo lo correcto, lo justo…

¡Gracias Señor! No podemos más que agradecer al Señor el habernos rescatado de nuestra tibieza. Habernos hecho ver la realidad, la verdadera importancia de poner a Dios en primer lugar en todas las circunstancias de nuestra vida y sobre todo en casa. Y todo poco a poco se va ordenando. Y cuando descubres este AMOR ya nada es igual.

Y llevamos unos añitos con esta maravillosa costumbre de rezar en familia a conciencia. Queriendo, sabiendo y necesitando tener ese momentazo. No siempre conseguimos ponernos todos de acuerdo pero ya es algo normal en nuestro hogar.
Parecía que iba a ser una tarea difícil. ¿Cómo hacer para que quisieran dedicar un momento al Señor, a la oración, a dar gracias, a pedir por nuestras necesidades a diario? ¿Cómo empezar?

Empezamos Miguel y yo en el salón rezando el rosario juntos y les dimos la oportunidad de unirse a nuestra oración en vez de irse a la cama tan pronto. Para los niños no era ninguna obligación, solo una sugerencia y nuestro ejemplo. Ahora con los niños de 13, 12, 9 y 3 años se ha convertido en algo cotidiano. Los niños hacen fácil lo que a los mayores nos parece complicado.
Y viendo el fruto de la oración y para no tener que lamentar más ese tiempo ”sin tiempo para Dios” os invito a que lo hagáis: ¡rezad en familia! buscad un momento para tener ese encuentro de oración con Él.

Porque como dice el Papa: “cada familia es una pequeña “iglesia doméstica”  que encauza la ternura y la misericordia divina. Rezar en familia nos saca del perímetro de nuestros desvelos, nos hace transcender lo que nos duele y nos agita y nos ayuda a ponernos en la piel del otro, del prójimo de nuestros hijos o hermanos que también están necesitados. En la familia la fe se mezcla con la leche materna: experimentando el amor de los padres se siente más cercano el amor de Dios.”

Os propongo aquí una idea para hacer oración con los más pequeños de la casa.

ORLA+TEXTO

MARCO1

 María y Lucas no suelen llegar al rosario: Aprovechar el momento para atrasar el sueño para ellos es estupendo pero casi siempre llegan reventados, sobre todo María que acaba dormida o se le pasa la hora del sueño y alborota a todos.

Busco un espacio en el caos que es a veces el día a día. Y me sirve haberle dicho a Lucas que se encargue de leer el cuento después de cenar a María. Así están listos para rezar. Tumbaditos en la cama y musiquita de fondo en el pasillo. Sí, seguimos rezando el Jesusito de mi vida, y al ángel de la guarda de nuestros padres. María se lo sabe de memoria y se cree que lo lee en el papelito que acompaña nuestro Jesusito. Ya no tengo prisa. El telediario y el mundo pueden esperar. Están mi familia y Dios. ¿Qué hay más importante?

Y terminamos con una frase sencilla que dice Lucas y la he diseñado en una lámina para que la tengan presente también los mayores. Tiene 7 palabras que engloban lo más importante de nuestra fe católica:

Jesús, hijo de Dios, te quiero mucho. Te doy gracias por todo lo bueno que me has dado hoy y te pido perdón por mis pecados. Virgen María, guárdame bajo tu manto esta noche. Amén

  JESUS

 Es la persona central de nuestra Fe y la más fácil para poder reconocer. Cuando lo hacen, hemos abierto el camino a todo lo que significa: perdón, sacrificio, entrega, amor.

DIOS

 La mejor manera de que lo reconozcan tan temprano es porque Él es el padre de Jesús. Y además nuestro padre, el creador de todas las cosas. Esta palabra es tan importante para hacerles entender que también somos sus hijos.

AMOR

Todo es creado por amor. Uno de los pilares básicos de nuestra fe. Jesucristo murió por amor. El amor llena cada momento de nuestra vida, somos hijos amados de nuestra familia y de Dios que nos creo por amor. Es la base de nuestra doctrina”Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”

GRACIAS

 Siempre gracias por todo lo bueno del día, por la vida, la familia, las flores, el campo, la comida. Nada mejor que saber valorar lo que tenemos.

PERDON

El perdón es necesario en casa, en la familia, en el mundo de hoy en el que constantemente fallamos. Arrepentirse de algo mal hecho ayudará a nuestros hijos, incluso a los más pequeños a saber la importancia de pedir perdón, y no justificar o quitar importancia a sus malos actos. Crearles la conciencia desde pequeños sabiendo que no sólo se hace daño al prójimo sino a Jesús que por nosotros murió en la cruz.

VIRGEN

La madre por excelencia, la virtud, la generosidad, la que nos guía y protege. La mujer que escogió Dios como madre del Salvador y nuestra madre. Nuestra intercesora: Jesús ama tanto a su madre que le concede todo lo que le pedimos. Ella siempre responde a nuestra petición.

AMEN

No saben el significado pero la repiten estupendamente. y sobre todo después del padrenuestro en misa…y bien alto. Es una palabra que al final de la oración nos confirma lo que hemos dicho, ya sea una alabanza, una acción de gracias, una petición… Amén, así sea, es reafirmarnos en nuestra creencia. Y dar por finalizado ese momento de oración diario.

¡¡Si tienes hijos pequeños empieza ya!! ¡¡Si no son tan pequeños también!! Rezar en familia es un gran regalo.

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