¡Dios es grande!

Ynosotros taaaaaan limitados.

Cuando empezamos este proyecto no imaginamos la cantidad de cosas buenas que nos iba a regalar el Señor. Nos iba a regalar sobre todo humildad.

Primero, porque creíamos que este era nuestro proyectazo pensado por Miguel y Adriana en exclusiva (Dios era el tema, claro, pero lo habíamos pensado Miguel y yo…Él no tenía mucho que ver en la idea original). Este pensamiento duró poco. Él se encargó de hacernos ver que ese deseo y emoción que sentíamos en nuestro corazón era Suyo. Nos tiramos a la piscina sin hacer muchos números, la verdad, y dejando todo es Sus manos (eso solo puede ser de Dios…)

Segundo porque pensábamos que no había tanta gente que quisiera cambiar el mundo y añadir su granito de arena para dar a conocer al Cristo vivo. Pensábamos que lo que había era escaso y aburrido y que la inmensa mayoría estamos adormecidos y hay, incluso, una cierta vergüenza  en reconocernos cristianos, católicos, practicantes…Así aparecíamos Miguel y yo en escena, diseñadores, emprendedores, emocionados, únicos…diferentes. En serio, al principio fue así.

Pero desde que estamos en este sorprendente camino de fe, que nos está cambiando la vida, no hacemos más que conocer personas, proyectos, comunidades, ideas geniales que tienen como primer objetivo a Dios. Y son ideas alucinantes de todo tipo de personas y condición. Y cada uno con sus diferentes dones pone su grano de arena al servicio del Señor. No somos únicos…hay más locos como nosotros. (Además de habernos hecho humildes ¡nos hemos quitado un gran peso de encima!)

Dios los cría y ellos se juntan (nunca mejor dicho).

Estamos seguros que Él los ha puesto en nuestro camino para que aprendamos, para que compartamos, para ir juntos de la mano y dar a conocer y contagiar ese amor infinito del Padre. Él, pescador de hombres, va tejiendo su red y buscando esas manos que la echen al mar para que nadie pase hambre. Nos ha hecho testigos.

Una de estas personas que Dios ha puesto en nuestro camino es Dani. Un cristiano de Belén. Una amiga nos encargó buscar para el colegio de sus hijos unas cruces de madera para los niños de Primera Comunión. Recordé que mi querida amiga y escultora, Elena, que todos los años viaja a Tierra Santa, comentaba cómo trabajan la madera de olivo y lo necesitada que está la comunidad cristiana allí. ¡Si pudiesen ser de allí las cruces, podríamos ayudar de alguna manera! -pensé para mi. Ese es uno de los objetivos de HAVE A GOD TIME.

Y así ha sido. Elena me puso en contacto de alguna manera con Dani. Llevamos unos meses hablando por Whatsapp y alguna vez por teléfono y ¡es como si nos conociésemos de toda la vida! Es una relación fraterna, hermanos en Cristo, que solo puede explicarse desde un amor común a todo lo que tenga que ver con Dios. Ahora entiendo porqué en las escrituras se llaman todos hermanos. ¡Es que lo somos!

Diría que no hacía falta que me contara cómo están los cristianos en Belén, ya lo oímos y vemos en los medios y compartimos posts desde el lado cómodo y seguro de nuestra vida…pero sí, me ha hecho falta y vuelvo a dar gracias a Dios por seguir enseñándome. Cuando conoces a alguien, en persona, que vive allí que tiene tres hijos de la edad de los míos, que te cuentan que al salir de casa no saben si volverán a ella, que son de ese 1% de cristianos (antes el 30% de la población) que quedan en esta ciudad palestina porque los demás se han ido por miedo, por la dificultad de trabajar, por ser proscritos en su propia tierra o porque el trato despectivo se hace insoportable y que te da mil vueltas en cuastión de fe, entonces mi admiración es absoluta, mi tibieza insoportable y ya no se quien ayuda a quien. Él a mi con su ejemplo desde luego.

Pues allí nuestros hermanos crsitianos viven del turismo y ahora tal y como están las cosas poca gente viaja. Dani es guía turístico, tiene un pequeño hotel familiar y colabora con la comunidad cristiana en una especie de cooperativa que vende productos hechos allí con madera de olivo para como dice él “poder quedarnos en esta tierra bonita” y añade con amor: “es un orgullo pisar a diario el suelo donde nación Jesús”. -“Tú no conocer Jerusalem?

Me avergüenza su pregunta no por no haber ido sino por no haberlo contemplado nunca como uno de mis destinos favoritos. Y es mi Tierra Santa, la nuestra, la que recibió al Rey de reyes…Y doy gracias al Señor por sus “diosidades”, porque desde hace una temporada me está poniendo en el corazón las ganas de ir y pisar ese suelo. Primero al conocer a Elena y hablar de Jerusalem con tanta emoción, por este camino que estamos andando y por darme cuenta que no soy nadie al conocer a Dani. Se que no va a ser ahora, pero tengo la certeza de que iremos y ya estamos sembrándolo en el corazón de nuestros hijos.

Por fin nos hemos conocido. Este enero en Fitur he tenido la suerte de poder ser invitada al stand de Palestina y abrazar a Dani y a su mujer Mona; y charlar con ellos como si nos conociésemos de toda la vida. Venían a dar testimonio, a abrirnos sus puertas e invitarnos a ir a Tierra Santa y a entregarme estas cruces que me han dado un revolcón del bueno.

Estas cruces las llevarán en breve unos niños felices de recibir al Señor por primera vez. Entre ellos mi hijo Lucas y toda su clase. No se si muy conscientes de conocer la historia pero sí orgullosos del valor de llevar esta pequeña cruz de Cristo.

¡Dios es grande!